domingo, 30 de septiembre de 2012


Adolescentes, viven sin dolor y sin preocupaciones. O no es así? TE EQUIVOCAS No es solo un dolor, son muchos dolores unidos, que forman una bola de depresión.Adolescencia, todos hablan de ella, los niños la desconocen, los adolescentes la desperdiciamos y los adultos la extrañan. Pero, ¿quién nos entiende? si ni nosotros nos entendemos. Buscamos amor, pero luego sufrimosNos ilusionamos, pero nos desilusionamos enseguida. Juzgamos, criticamos pero no superamos. Seguimos modas, para sentirnos mejor. A veces todo es blanco, luego es negroDeseamos tener un físico en vez de un talento. Queremos todo sin tener que hacer nada. ¿Quién sabe lo que nos pasa por la cabeza? ¿quién entiende lo que es enamorarse de un idiota? ¿quién sufre por amor, por familia, por estudios y aún así tiene una sonrisa dibujada? ¿Quién tiene cambios en el cuerpo, quién se siente inferior, quién se siente marginado, quién sabe lo que es caerse una, y otra, y otra vez? ¿Quién tiene que soportar el mal humor de los profesores, que descargan sus problemas en las clases?¿quién empieza a tener responsabilidades, empezar a crear un futuro, caer en la triste realidad de que no existen los espías super secretos de las películas ni las princesas, que tienes que llegar mas lejos sin decepcionar a sus padres? Dime quiénes somos los que tenemos toda esa presión, la que NINGÚN adulto entiende, esos que dicen que ya pasaron por nuestra edad, pero no entienden que no es como antes.Para ellos solo nos emborrachamos, nos drogamos y somos vagos. ¿Dolor? Todos lo sentimosPero el peor dolor es la decepción, es la desilusión, es caer en la realidadEs saber que si te duermes en el sofá, te levantas ahí. Si no vistes bien, das asco. Si llevas capucha, eres ladrón. Si sigues tu sueño se ríen de ti. Si andas en skate, te drogas. Si no tienes celular no existes. Si piensas distinto, te marginan. No es fácil ser adolescente, pero es el aprendizaje mas grande que vamos a tener en nuestras vidas. Son las experiencias que vamos a contarle a nuestros hijos y nietos. Son las cosas que marcan y quedan para siempre, y solo se viven una vez. Una caída es una lección, y de eso se trata la adolescencia, de caerse y reírse, porque te puedes levantar y sabes que no será la primera ni la última caídaEs ahora o nunca.

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